El proyecto español PET Lamp se concibió en 2011. En 2012 se lanzó la experiencia colombiana y un año más tarde, en 2013 llegó a nuevos países y culturas a partir de Chile, siguiendo en Etiopía y de regreso a Chile en 2016. En 2015, PET Lamp fue abordado por los artesanos de Kyoto en Japón, como prueba del potencial global del proyecto. El último viaje fue a Australia desarrollando una colaboración con artistas indígenas tejedores de Ramingining.
En 2011, Álvaro Catalán de Ocón participó en un proyecto centrado en la reutilización de botellas de plástico PET como una forma de abordar el problema de los residuos plásticos que estaba ocurriendo en la Amazonía colombiana. Como ingeniero industrial, su punto de partida fue centrarse en la profunda contradicción que se esconde detrás de cada botella de PET : un producto con una vida útil muy corta que demora décadas en descomponerse . Álvaro reconsideró el papel de la botella de plástico al fusionar las técnicas locales de tejido con la iluminación industrial . En este momento, PET Lamp es un proyecto consolidado en diferentes comunidades de artesanos de todo el mundo, que permite que la tradición y la cosmogonía de la cultura local se reflejen en el producto final.
La lámpara PET comenzó como un proyecto de sensibilización, fuertemente vinculado a la reutilización de la botella de PET. Con el tiempo se desarrolló también como un estudio antropológico de diferentes tradiciones de tejidos indígenas, subrayando el papel que el conocimiento artesanal puede desempeñar en la cultura local, y acentuando la preservación del conocimiento y la tradición artesanal.