Artesanía Contemporánea

La confluencia de artesanos, artistas y, especialmente, de los jóvenes diseñadores que irrumpieron en escena al final de los años 90, propiciaron el desarrollo de una artesanía conceptual, vanguardista y experimental, basada en la expresión de ideas y actitudes que cuestionan el imaginario social, buscando el alumbramiento de un nuevo paradigma. La artesanía contemporánea se ha convertido, de esta forma, en un campo de reflexión y experimentación sensorial, formal y simbólica a través de la confrontación y el diálogo entre la tradición y la innovación, entre los materiales naturales y los materiales inteligentes, entre las técnicas manuales y las nuevas tecnologías, entre la identidad local y el desarrollo global, erigiéndose en la vanguardia de las nuevas tendencias culturales y del mercado.

 

Ello ha dado lugar al surgimiento de los design-makers, diseñadores que se hacen artesanos o artesanos con un alto nivel de diseño, así como a la proliferación de pequeñas editoras de diseño que articulan la colaboración entre artesanos y diseñadores.

 

Demandado por un consumidor muy cualificado, que busca ideas avanzadas y provocadoras que le inviten a reflexionar, la competitividad de la artesanía contemporánea descansa en los aspectos narrativos del objeto a través del protagonismo otorgado al diseño, tanto del producto como de la comunicación.

 

Los productos se estructuran en torno a colecciones basadas en una línea de investigación y reflexión avanzada con un discurso simbólico muy metafórico, tanto en el plano formal como en el funcional, muy en línea con las tendencias. Existe una apertura total a la innovación, jugando con la combinación de materiales inteligentes y tradicionales e implementando las tecnologías más avanzadas, tanto a nivel de diseño (gráfico y 3D) como en el campo de la fabricación (control numérico, impresión digital y prototipado rápido), las cuales no solo agilizan los procesos de producción, sino que abren nuevas vías de creatividad. El recurso al trabajo manual se revaloriza, especialmente, como parte del proceso creativo.

 

Cuando hablamos de Artesanía Contemporánea nos referimos, por lo tanto, a un tipo de artesanía conceptualmente muy avanzada y sofisticada, basada en la exploración emocional de nuevos valores a través de experiencias estéticas con las que sus consumidores construyen y experimentan nuevas identidades. De esta forma, la Artesanía Contemporánea se configura como un laboratorio donde nacen las nuevas tendencias que, a través del proceso de la moda, irán progresivamente permeando al resto del mercado y transformando el imaginario social.

proceso de la moda

 

Es por ello que, a diferencia de otros tipos de artesanía, articulados en torno a su confrontación con la producción industrial, la Artesanía Contemporánea adopta una perspectiva colaborativa, ocupando el espacio entre al arte y la industria, y abarcando un amplio espectro que va desde el producto artístico y el design-art, crecientemente solapado con el arte, hasta las series limitadas y medias, progresivamente entrelazadas con la producción industrial de alta calidad.

 

La artesanía Contemporánea se sitúa, por lo tanto, a la vanguardia de la industria, dirigiéndose a una multiplicidad de pequeños grupos de consumidores muy cualificados que demandan un producto profundamente simbólico, comprometido, dinámico e innovador que no es entendido o valorado por los grandes grupos de consumidores (por eso es vanguardista)

 

Bajo esta perspectiva, los factores más claramente diferenciadores de la Artesanía Contemporánea con relación a la industria, serían:

 

-creatividad:  la competitividad de la Artesanía Contemporánea radica en su capacidad de dialogar conceptualmente con las tendencias socioculturales más avanzadas desde una perspectiva emocional, a través de experiencias y sensaciones plásticas, requiriendo la articulación de metodologías conceptuales, propias del diseño, con procesos creativos emocionales, más cercanos al arte.

 

-actitud: la artesanía contemporánea surge como un compromiso personal, nacido de la pasión por el dominio de un oficio y/o por la necesidad de expresar tus propias ideas, situando los valores éticos (humanismo, honestidad, autenticidad, sostenibilidad, “buen hacer” …) por encima de la maximización del beneficio económico, en la línea de pensamiento desarrollada por Richard Sennett.

 

-flexibilidad: la reducida dimensión empresarial de las empresas artesanales, junto con la versatilidad de sus procesos productivos (manuales o con tecnologías digitales), les permiten acceder a mercados muy pequeños que demandan un producto más comprometido, experimental y dinámico, pudiendo llegar a su completa personalización.

 

La forma en que se implementan estos factores, sin embargo, puede variar significativamente según el volumen de producción, ya que dentro de la Artesanía Contemporánea podemos distinguir varias tipologías de producto claramente diferenciados.